sábado, 7 de marzo de 2009

Carnaval, carnaval.



Cuando el pueblo dice,
cuando la calle habla,
cuando se ha encontrado la armonía
entre la desilusión y la esperanza...
en ese momento, todos escuchan
y ellos cantan.

Donde las voces reclaman,
donde redoblan bandurrias y guitarras,
donde han coincidido el anhelo
y las más fiera rabia...
allí convergen los sentidos
de una ironía que no acaba.

Para el colorido paisaje de una trama
que han construido sus almas,
para una brisa que estalla
como un vendaval que arrastra,
para unas olas que suenan
hasta en las horas de calma...
sus versos se encajan,
sus notas se ensamblan
y sus gargantas se gastan.